
Las creencias son ideas que consideramos verdaderas y forman parte de una red de programas que tenemos a disposición, conceptos, convicciones, rutinas, costumbres, mandatos familiares, sociales y religiosos.
Todos vivimos la realidad de forma diferente y al hacerlo, estamos construyendo nuestro propio sistema de creencias, sobre nosotros mismos y sobre nuestro entorno. Construir una creencia nos ayuda a simplificar el mundo que nos rodea.
Las creencias, se manifiestan en nuestras actitudes, aptitudes, respuestas, toma de decisiones, comportamientos y en la manera de expresarnos.
Hay creencias que están guardadas en nuestro inconsciente y afloran en un determinado momento de nuestras vidas. Considerando esto, podemos identificar dos tipos de estructuras:
- Creencias inconscientes (conciencia universal – memoria colectiva – memoria familiar)
- Creencias vivenciales (se adquieren a través de la experiencia que hemos tenido a lo largo de nuestras vidas)
Las creencias influyen en nosotros, en tanto nos limitan o nos posibilitan.
Tan importante son, que de ellas dependemos para lograr muchas cosas que nos proponemos. Si creemos que tenemos la autoestima baja, vendrán situaciones y personas a nuestra vida, que reforzarán esa idea. Si, por el contrario, pensamos que podemos hacer lo que nos proponemos, esa será nuestra verdad y llegarán a nuestra vida circunstancias y personas que nos ayudarán a conseguir lo que queremos.
Para modificar las creencias que no nos ayudan, lo primero que tenemos que hacer es identificarlas, lo cual nos requerirá de tiempo y esfuerzo, y más difícil será cuanto más arraigadas estén en nuestro día a día. Luego, analizarlas, mirándonos a nosotros mismos, reconociendo nuestros pensamientos, formas de expresarnos y relacionarnos, y finalmente modificarlas, creando un nuevo sistema de creencias que nos aporten mejores ideas sobre nosotros mismos y nuestro entorno.
Cecilia Baroli