Gestionar desde la Responsabilidad | Un salto cuántico

La ciencia, a través de la física cuántica, ha podido probar lo que muchas tradiciones espirituales sostienen desde hace siglos: los seres humanos somos energía y vibramos en frecuencias generadas por nuestras propias emociones.

Durante mucho tiempo, las emociones y los sentimientos estuvieron en un segundo plano. El reino de la razón lo abarcaba todo. Hoy, sabemos de la importancia de gestionar de manera consciente las propias emociones para poder relacionarnos mejor con los otros. Ampliando la consciencia sobre nuestro yo profundo, logramos transcendernos.

Nada verdadero ocurre de un día para otro; los cambios de paradigma se dan de forma progresiva, en capas, paso a paso y son forjados por las personas y los cambios en sus formas-pensamiento.

La pandemia aceleró los tiempos, alteró los modos en que nos vinculamos, nos puso a prueba en todos los ámbitos de nuestra vida e hizo más visible modelos obsoletos. Las empresas no fueron la excepción.

Está claro que las estructuras empresariales con líderes que gestionan desde la culpa, la reprimenda y el miedo al error no sirven, pero aún siguen existiendo. Es hora de despertar y entender que este modelo ya caducó y pertenece a otro tiempo.

Otra forma de liderazgo es posible. Los líderes de organizaciones que aprendieron a superar limitaciones, que otorgaron confianza y valoración, que lograron formar equipos conscientes de sus capacidades e incentivar la creatividad de sus colaboradores primero entendieron que la intencionalidad del cambio emerge desde adentro hacia afuera.

El liderazgo consciente inicia con cada uno, siendo líder de nuestro ser integrado, sin fragmentación alguna.

Gestionar desde la responsabilidad es dar un salto cuántico. La responsabilidad genera un compromiso genuino, genera avidez de saber y de nutrirse de los que saben distinto, de conformar equipos autogestionables, de ampliar e integrar la comunicación. De ser la comunicación.

El acceso a un conocimiento y entendimiento mayor sobre la evolución del ser ha dado lugar a cuestionar situaciones, a no quedarse solo en la queja, la culpa, el resentimiento. Un pequeño paso sumamente trascendente para la evolución de la consciencia. La plenitud en todos los aspectos es algo posible, incluso en el ámbito laboral.

Necesitamos líderes conscientes y coherentes con sus palabras y en sus acciones, con formación holística, que impulsen una sociedad responsable, con respeto por el pensamiento, emoción y acción de cada uno, para el mayor bien de todos.