La psicogenealogía y el abordaje transgeneracional

Quienes experimentaron una sesión de Biodescodificación o están en la búsqueda de información para dar el primer paso, seguramente escucharon hablar o leyeron sobre la Psicogenealogía. Para entender por qué y para qué la Biodescodificación se vale de este método, conozcamos un poco más sobre sus orígenes.

La Psicogenealogía pertenece a diversas teorías y escuelas de pensamiento, pero su impulso inicial se lo debemos a Anne Ancelin-Schutzenberger, una psicoanalista y psicodramatista que en los años 80 comenzó a utilizar el concepto entre sus alumnos y luego lo desarrolló en su exitoso libro: “Ay mis ancestros”.

 

¿Qué es la Psicogenealogía?

Alejandro Jodorowsky, explica que la psicogenealogía, parte de la premisa de que existen determinados comportamientos inconscientes que se transmiten de generación en generación que impiden al sujeto autorrealizarse, por lo que para que un individuo tome consciencia de ellos y se pueda desvincular de los mismos, es necesario que estudie su árbol genealógico.

Anne Ancelin inventó el método del “genosociograma”, que es el árbol genealógico con los hechos que han marcado momentos importantes de la vida de la persona. La construcción de un árbol genealógico se da junto con el paciente, a partir de datos de la historia familiar, como por ejemplo: nacimientos, enfermedades, accidentes, muertes, etc.

La tarea incluye la descodificación de los lazos que unen a la persona con sus ancestros, para comprender las escenas que se jugaron y los escenarios donde los sucesos tuvieron lugar, con el objetivo de poner luz y encontrar posibles orígenes y explicaciones a sucesos del aquí y ahora de la persona.

 

El psicólogo argentino Tobías Holc, explica:

“El abordaje transgeneracional produce nuevas respuestas para  el tratamiento de las enfermedades, las separaciones, las repeticiones de conductas disfuncionales, los duelos difíciles, los accidentes casuales y los fracasos de todo tipo que afectan a las personas y a sus familias.

Como “situaciones no resueltas”, como cuentas genealógicas sin saldar, se repiten inadvertidamente y se viven como si fueran algo natural.

Llevamos grabados  episodios, fechas, vivencias de las generaciones familiares que nos precedieron que influyen sobre nosotros, en nuestras elecciones, en el lugar que ocupamos en la familia y en la sociedad, en nuestros éxitos y fracasos.”

Con el estudio del Árbol Genealógico podemos reconquistar nuestra libertad y salir de la repetición, entendiendo lo que sucede, captando estos hilos en su contexto y en su complejidad. Así, por fin, podemos vivir “nuestra” vida, y no la de nuestros padres o abuelos.