La Memoria Cósmica

Los Registros Akáshicos son la memoria cósmica.
El Universo es una corriente incesante de energías modulatorias. Una Sucesión de Hechos.
El Universo no es un conjunto de formas fijas e inamovibles. Es un tejido de acontecimientos; una serie continua de sucesos; un proceso organizado.
Un plan para cumplir con un determinado fin.
El Universo es una fuerza activa. Una corriente de energía controlada, que todo lo transforma y lo modifica, sin que cada una de sus partes pierda coherencia con el resto.
El elemento o sustancia primordial del Universo, está hecho de la misma sustancia con la que se forma nuestros pensamientos.
Existe un espíritu, o energía, que une toda la Creación. Impregna todo. Une todos los átomos del universo. Pone en conexión a todos los seres humanos, unos con otros y con todos los demás elementos de la creación.
Dios creó las almas humanas a partir de su propio ser. Cada alma es una proyección de Dios, del mismo modo que nuestros pensamientos e imágenes son una proyección de nuestra mente. Aunque cada alma tiene su individualidad, todas las almas son un espíritu.
Aún cuando nos parezca que somos seres separados y desconectados, cada uno de nosotros es una extensión del espíritu del Creador. Lo que le sucede a uno de nosotros nos afecta a todos.
Cada alma es reflejo de toda la creación. Cada alma es un universo en miniatura, modelo de un universo más grande. El alma es igual a una gota de agua del océano, la gota es un océano en miniatura y tiene todos los ingredientes de ese océano. Por tanto, dentro de cada persona está el conocimiento íntimo de toda la creación.
Hay una ecología psíquica unificada entre todos los sucesos de la creación.
Todo lo que ha experimentado la Humanidad está guardado y custodiado en los Registros Akáshicos.