Visión Espiritual – Parte III

Develando la verdad

 

“Somos creadores de nuestra realidad” solemos escuchar sin indagar sobre el sentido de esta afirmación. En este artículo intentaremos dilucidarlo.

Todos vivimos situaciones de vida que no deseamos, cuando tenemos un pensamiento obsesivo, una situación laboral conflictiva, una situación de salud, relaciones tóxicas. Lo revelador, es que podemos frenar o modificar la vibración de estas situaciones antes de que surjan y cambiar el evento que se va a manifestar. De aquí la afirmación de que podemos crear nuestra realidad, ya que todo es energía y vibra.

Las situaciones que no queremos vivir son el efecto de algo que se creó antes y lo más curioso es que en casi todas, somos los responsables. Lo bueno es que podemos revertir la causa, el origen que dio lugar a que ello ocurriera. Podemos y somos responsables de poder hacerlo, pero, primero hay que comprender cómo funciona.

Ya no caben dudas de que somos energía. La física cuántica, como una de las ramas de la ciencia más tradicional, se ha encargado de probarlo. La energía sigue al pensamiento que va acompañado de una emocionalidad y se convierte en un sentimiento. El pensamiento crea una acción que se va a manifestar en el plano físico.

La palabra es creadora y amplificadora de la intención.

Cuando pienso, hablo y me expreso tengo que observar en qué vibración estoy y preguntarme qué estoy sintiendo, porque eso es lo que voy a manifestar.

Si una situación desagradable me genera miedo, ira o tristeza y se repite en mi vida, la puedo transformar identificando de que modelo de pensamiento viene.  Puedo transmutar la forma pensamiento desde el auto discernimiento, desde la observancia, permitiéndome una nueva posibilidad, una nueva forma-pensamiento, más benévola, libre de contradicción. Así estoy haciendo un buen uso de la mente superior, la mente inferior se corre por un momento, y cede el espacio a la mente superior.

El ser humano gasta energía en solucionar el efecto, la vibración que precede a la materialización de nuestros pensamientos. Por ejemplo, si quiero realizar una intención para sanación, para sanar una vibración (la enfermedad es un efecto) sólo tengo que pedir que se manifieste porque la sensación de salud plena ya está dentro mío. Percibirme en plenitud, decirle a todo mi ser que es sano, y elevar esa energía con la palabra a mi conciencia superior.

 

El universo es una sucesión de eventos que va tejiendo acontecimientos y podemos modificar la vibración con la que vivimos esos acontecimientos.

 

Si puedo cambiar el pensamiento y elevarlo con una conciencia superior, voy a tener un pensamiento con otra vibración, otra resonancia.

Entonces, siendo conscientes del poder de nuestros pensamientos y de nuestra responsabilidad sobre ellos, a menudo debemos preguntarnos: ¿Qué creo en mi realidad? ¿Dónde poso la mirada de mis ojos físicos? ¿Qué energía ingreso por los cinco sentidos? ¿A qué adhiero, a qué le doy identidad? ¿Puedo cerrar mis ojos y ver con mis ojos espirituales? ¿Qué quiero manifestar en mi vida? ¿En qué áreas de mi vida siento incomodidad?

Durante mucho tiempo hemos estado viviendo en una ceguera espiritual porque hemos estado desconectados de esa parte espiritual. Nuestra invitación es volver a conectarnos con la esencia divina que está dentro nuestro y que nos acompaña siempre. El desafío es poder aprender a ver y escuchar con una visión espiritual, usando nuestra mente superior.